Si despiertas, no te asombres, aunque sea en tu sueño, te prevengo...
Las cosas son como son.
Y mis cosas provienen del "Vergel del poeta", ese lugar donde las palabras se fortalecen, se sustentan, se fijan....... capturan, retienen, entrelazan, recuperan, definen, establecen, rescatan.......
En ese lugar construí mi refugio, me enseñaron sus secretos y me quedé para siempre.............desde entonces, sólo salgo para contar lo que allí está sucediendo, claro está, así lo quieren ellas.... las palabras.
Son portadoras............... de lo que tú quieras...
Con la escritura se teje el tejido de las sensaciones, percepciones y esperanzas en redes de palabras...... aunque a veces se enredan y aparecen mis laberintos.
Con frecuencia, escribir es despertar los fantasmas del pasado, por otro lado, a veces, suelen nacer nuevos horizontes; y es del universo de las palabras, de donde nace la inspiración, en cierto modo se inspiran a si mismas, para formar un mundo, su mundo.
Procuro acercarme al lirismo en mi laberinto, poesía lírica emulsionada por las musas...
Envuelven, liberan, deliberan, acogen el desorden donde fermentan y vuelven a comenzar, eso sí, siempre comienzan, nunca terminan...
Generosas, plausibles, ordenadas, confundidas a veces en entresijos mentales, del pozo de los pensamientos... del cajón de las sensaciones, de aquí se alimentan, y construyen " El Vergel del poeta"
Suena exótico, es un lugar en el espacio, que promete eternidad, libertad, complicidad... me emociona envolverme en ellas, liberarlas, envolverlas...
Es un mundo solitario, de caricias literarias, te sientes acariciado por su sonido... En ese espacio silencioso, sólo resuenan entre ellas, se inspiran mutuamente para crear nuevos "sonidos silenciosos"
Ese horizonte es ordenado y desordenado a la vez, en la estética de las palabras existe un lenguaje espacioso, donde se congregan formas híbridas, resultantes del sonido, la luz, el pensamiento y la ensoñación...
Pero hablemos del silencio de las palabras, alcanzarlas en silencio, mi comunicación con ellas, me produce una gestación con el tiempo...
Las sombras en la luz, siempre... Las palabras en el silencio, casi siempre. Un papel y un sonido, rasga en el tiempo, penetra en el pensamiento, libera lo entrañado, y el interior comienza a crecer otra vez.
Sin embargo, mi intención es, escucharlas en el silencio... tonos, intensidad, acentuación, la generosidad de su melodía.
Cada palabra regala, obsequia, dádiva para el espíritu, mi intención es acoger cada una de ellas.
Surgen de ese mundo, y vuelven una y otra vez, es donde se alimentan... Me interesa un nuevo lenguaje, el del no entendimiento, la combinación no entendida como comunicación, sino, como el embrión sonoro en proceso de crecimiento, hacia nuevas sensaciones del silencio...
Nuevos sonidos, generosas expresiones... los caminos estratégicos en la búsqueda expectante... y ser cautivada por infinitas formas de expresión.
Caminos que confunden la realidad de una palabra, quizás sean diferentes palabras de una realidad... Realidades para el camino de una palabra.
Irrealidad
Contagiada de ausencia, vibro en mis dudas, tiemblo en el anhelo y percibo el encuentro.
Con delirios en tu soledad, busco atajos hasta ti, penetro en tus precipicios, para cobijar tus deseos.
Y mi piel rasgada con palabras, atormenta mi espera, sólo esculpir un lugar en la luz, saciará nuestra irrealidad.
Y apareces en el tiempo, ganando realidad, con sonrisa que cautiva, con fragmentos de una espera, que me devuelven a tu pensamiento.
Escucho tu palabra protegida, que avanza anhelando la sonrisa, esbozo una mirada que cautiva, esperando los fragmentos del tiempo.
Vuelves del sueño, esperanzando con palabras, la ensoñación me traiciona, no quiero volver de la noche, que es el lugar donde te espero.
Catarsis
Lúcida catarsis, que ahonda en el dolor... Aparente catarsis, de entresijos envenenados.
Laberinto en penumbra, que bloquea y paraliza... duerme en mí, para volver a envenenarme de ti.
Sólo aspiro a soñar, en esa penumbra, donde apareces y desapareces.
Donde busco el rumor de la verdad, sin venenos... sin máscaras...
máquina indolora que a su vez consuela el alma, y te encuentro entre las huellas de mi pensamiento.
Las huellas, movimiento del alma, revelando el próximo encuentro con tu catarsis... y me duermo, esperando que me traigan tu presencia...
Movimiento
Vaivén, continuo movimiento, juego de hojas secas... Asfalto, testigo de la materia.
Lineas encontrándose, lineas sobreviviendo, unidas y flexibles al viento.
Continuo movimiento, no hay silencio...
Aullido de la luz, cambiante como las palabras, como el viento, como la materia...
Dádiva del tiempo... Dádiva del viento
Tablas de náufrago
He llegado entre danzas, que en un sueño descubrí... Todo es circular y no puedo parar... Mis pies cuelgan del suelo, donde escriben mi destino...
Arañan con palabras, una tierra que me abraza... Sólo las tablas del náufrago, me regalan un destino.
Sobre ellas bailo, escribo, duermo, te sueño, me encuentro, acaricio, escucho el silencio...
Ese que es dádiva.
Sin ti no hay sueño, sólo silencio en mí, melodía del género anunciado...
Suicidio de poemas, que vierten mi vida, sobre tablas anunciadas. Anuncio de ese, que es destino o silencio, que es danza sobre tablas, espectadoras de mi renacer...
Tú también eres, espectador de mi destino...
Y de fragmentos de piel, reconstruyo un espacio, una página azul de palabras de madera, un silencio de piedra... mi refugio.
Musa I (Precipicio)
Abismo silente, acotado, reservado... Para ti.
Palabras anunciadas, savia de un pensamiento azul, abandonado, custodiado ante el precipicio.
Musa II (Desafío)
Raíces que desafían a la tierra,
entre ellas he crecido eterna.
Grietas que desafían una herida,
entre ellas he vencido quieta.
Musa III (Vértigo)
Fuente del vértigo, del movimiento,
letanía del silencio.
Fluir de palabras otorgadas,
a rostros confundidos entre sombras.
Musa IV (Horizonte)
Me pliego en la nada, aparece y se esconde en el horizonte.
Fluyen las sombras y en la nada me duermo, vuelvo a morir para plegarme en tu lecho.
Me despliego y vuelve a comenzar...
Musa V (Resurgir)
Camuflado en tu perfil, persigues el paisaje de la verdad, fluyes de raíces que custodian la generosidad.
Afianzado en tu silueta, gravitas en mi mirada, verde es tu sueño, sueño de ojos que observan cada paso que das.
Vuelves a resurgir, te acomodas en las raíces, tus huellas, mis palabras.
Y apareces, nunca te fuiste.
Rojo, cicatriz de un pensamiento,
verde, raíz de un sueño.
Y el perfil en negro, tu silueta.
Musa VI (Vuelo)
No fue un ala suficiente para volar, tejer una igual, fue mi destino. Conquisté tu piel de plumas rojas y robé un fragmento de tu cielo verde.
Cosí tus cicatrices, con el rojo y verde, verde de los ojos que descubrí en la tierra, abandonados por ti.
Y que incrusté en mis alas, con las que fui a buscarte.
Cuando te encontré, volviste a quitarme los ojos, pero esta vez, me llevaste contigo.
Musa VII (Encuentro)
Azul y magenta, el color de una reina, la reina de las musas, eso me contaste. Me dijiste que la viste, con las alas abiertas y los ojos cerrados, soñaba con nosotros. Lloraba porque me buscabas, porque el camino había sido largo y los pies de la reina estaban destrozados.
Y yo te escribí, te conté que no era pasado, que para mí era presente.
Y tú, que llevabas en tus manos mis ojos. Y yo, con tus alas en las mías.
Resurgió la melodía, de los ojos en las alas, del azul y el magenta, y volví a danzar con los pies colgando de la tierra.
Musa VIII (Beso)
Beso en el precipicio, tu desafío aclama con vértigo, al mirar al horizonte. Le hizo resurgir hacia su vuelo.
Un encuentro y un beso.